PRIMERA PARTE.
En un contexto económico como es el actual, donde las cifras de paro son alarmantes, el modelo económico vigente en los últimos años se desploma, la empresas pierden credibilidad en el sistema, los empleados no confían en su futuro, el consumo no se estabiliza... Todos y cada uno de nosotros pensamos y no podemos alejar de nuestro pensamiento que va a pasar en un futuro próximo. Francamente, a diario, hablamos con nuestros amigos, vecinos, compañeros... y comentamos las dificultades que atraviesa nuestra economía domestica y/o pequeño negocio. Todo ello nos ha llevado a un estado de pesimismo generalizado, que en definitiva se esta convirtiendo en parte de nuestro quehacer diario.
Pero. ¿ El fracaso o reajuste del modelo actual, no seria necesario para asegurar la continuidad de nuestro estado de bienestar?. ¿ El desarrollo de las infraestructuras y nuevas tecnologías no deben adaptar nuestro modelo social, económico y productivo?.
Parece razonablemente lógico que la intervención del hombre en el desarrollo de las infraestructuras, ha promovido los grandes cambios sociales de la historia.
¿No deberíamos entender, que vamos a ser testigos de un concepto de nuevo mundo?. Y en esa linea deberíamos, mas que lamentarnos, de lo que no ha funcionado en el pasado, pensar en lo que debemos resolver para poder alcanzar el estado de bienestar en el presente y futuro.
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